¿Qué vas a estudiar? vs. ¿Qué vas a hacer?: retrato de una diferencia cultural

Al acabar los estudios secundarios entrar directamente en la Universidad puede parecer el paso lógico e incluso único en países como España. En otros países en cambio, como Alemania, los “gap year” están a la orden del día. Una diferencia cultural reflejada en dos preguntas: ¿Qué vas a estudiar? vs. ¿Qué vas a hacer? y retratada desde la experiencia Erasmus de la autora.

doing_vs_studying_pablo_olavide

¿Has decidido ya en qué carrera te vas a meter? Esta es la pregunta estrella que todo estudiante español de Bachillerato recibe a diario . Esta pregunta aparentemente inocente incluye una trampa, presupone que lo que tienes que hacer al terminar tus años de instituto es empezar directamente una carrera universitaria y, a ser posible, en tu ciudad natal.

Da igual que lo tengas medianamente claro o que no tengas ni idea de lo que quieres hacer en la vida. Los denominados “gap year” o años sabáticos son socialmente considerados como una pérdida de tiempo. Dedicar un año a trabajar, hacer un voluntariado o viajar para aprender idiomas y ampliar horizontes es visto como un irreparable desperdicio.

Esta visión no se da solamente en España, sino en muchos países mediterráneos, en especial en aquellos en los que la familia es un valor muy fuerte y en los que en el pasado las posibilidades de cursar estudios eran muy reducidas.

El hecho de que en estos países otras opciones que no sean empezar del tirón una carrera no sean siquiera planteables, ha influido notablemente en que muchos de nuestros universitarios se encuentren un tanto perdidos, sintiendo que están en la universidad “porque es lo que toca”, algunos de ellos metidos en carreras que no les gustan por la mera presión de “hacer algo de provecho”.

Por eso, cuando me fui de Erasmus a Alemania (un programa que también recibe sus críticas) me costó que mis compañeros de piso alemanes entendieran que en mi país lo normal es empezar los estudios nada más acabar el Bachillerato. “¿Cómo vas a tener 20 años y estar a la mitad de tus estudios? Yo soy mayor que tú y estoy empezando ahora” me dijo sorprendido uno de ellos nada más conocernos. Y este tipo de pregunta se volvió habitual en bastantes presentaciones.

La perplejidad inicial fue dando paso a preguntas más complejas: “¿Cómo es posible que jóvenes de 17 o 18 años tengan que elegir definitivamente su futuro sin haber vivido y conocido mundo antes?”.

Todos ellos habían hecho por lo menos un “gap year” antes de entrar en la Universidad, y mis compañeros de piso no eran más que una muestra de la situación en Alemania. Durante mi estancia en el país conocí a muchos alemanes que hablaban español, y casi todos ellos lo habían aprendido durante su año de colaboración social en países como Chile o México. Otros se habían recorrido medio mundo o habían estado adquiriendo experiencia laboral en los más variopintos sectores. Y es que allí la pregunta que se le hace a quienes están acabando sus años de instituto es bien distinta: “¿Qué es lo que vas a hacer?” El abanico de posibilidades es claramente mucho más amplio. Y esto no sólo sucede en Alemania, sino en otros países europeos, como Holanda o en especial en Inglaterra.

doing_vs_studying_freiburg

Parece que nos hallamos ante una interesante diferencia cultural en la concepción y la gestión de los estudios. Los “gap year” del mundo anglosajón fruto de la revolución cultural de los años 60 parecen haber tenido más facilidades para instalarse en la mentalidad alemana u holandesa que en la española o portuguesa. Puede que esto se deba a que, por lo menos en Alemania, ya estuviesen acostumbrados a empezar los estudios universitarios algo más tarde, pues allí la enseñanza secundaria suele tener mayor duración (trece años, en lugar de los doce que se cursan en España). Además, el servicio militar (y su correspondiente vertiente de servicio civil) no dejó de ser obligatorio hasta el año 2011, por lo que hacer algo antes de empezar la universidad no resulta algo extraño o insólito.

He de admitir que cuando llegué a Alemania (puede que presa de esa tendencia a pensar que lo de fuera es lo mejor) no pude más que sentirme encandilada por la posibilidad que allí existe de elegir entre muchas más opciones y caminos, de poder cambiar de rumbo sin ser tachado de inconsciente. Muchos de mis amigos alemanes habían acabado estudiando algo completamente distinto a la carrera que inicialmente habían empezado (de Historia a Medicina o de Gestión Cultural a profe de Primaria) y viajar no era además algo previo a los estudios, sino algo muy común durante la carrera: Canadá, Inglaterra, Sudáfrica, Chile eran los destinos para el próximo semestre y sólo hablo de mis compañeros de piso.

Sin embargo, durante nuestras conversaciones y charlas, algunos de ellos me confesaron que en Alemania existe una cierta presión para irse fuera, para hacer al menos un semestre en el extranjero y en cierto modo para no empezar los estudios nada más acabar bachillerato. Parece ser, pues, que en todas partes los estudiantes nos hallamos presionados, aunque esa presión y esas expectativas sociales apunten en direcciones contrarias.

La solución sería que, independientemente de tu país, pudieses elegir lo que más se ajuste a ti. Sin embargo para ello hacen falta los medios y el apoyo institucional adecuados, algo que no se da en todas partes. Pese a la existencia de sistemas educativos distintos y de tradiciones educativas diversas se debería avanzar para conseguir que cada uno de nosotros pueda elegir el camino que le permita sentirse realizado con lo que hace.

Autora

Soledad Román Pérez-Moreira

Estudia/Trabaja: Derecho y Ciencias Políticas y de la Administración

Habla: Español, inglés, francés, alemán, algo de italiano

Europa es…un sueño multicultural por cumplir

Twitter: @dadelosnamor

Blog: http://sromper.blogspot.de

Author: mariana

Share This Post On

Submit a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

css.php